lunes, 22 de noviembre de 2010


No es fácil encontrar las palabras para hablar de una amistad como la nuestra. Esto es raro, considerando que somos amigas muy cercanas. Hubo tantas veces en que ambas necesitábamos de un hombro donde llorar, o de apoyo incondicional.. Esto me hace pensar, ¿cómo podemos expresar el verdadero valor de los amigos? ¿Qué hace que una amistad como la nuestra sea tan especial? Porque a pesar de lo que la gente cree, es posible vivir solo. Incluso, puede tener algunas ventajas, y hay ciertas actividades que, francamente, no deberían incluir a nadie más. Es un hecho científico que el tiempo que uno pasa en sosegado aislamiento, meditando sobre la vida, es esencial para un estado mental saludable. Pero, en definitiva, somos criaturas sociables y sentimos que estar con otras personas es una experiencia muy enriquecedora. Existe un hecho curioso acerca de la amistad: al comprender a los demás, nos comprendemos mejor a nosotros mismos. Lo que buscamos y apreciamos en nuestros amigos son las mismas cualidades que más nos enorgullecen de nosotros mismos, o que al menos, desearíamos que fueran más evidentes. De modo que, en gran medida, los amigos nos dicen mucho acerca de quiénes somos y de quienes NO somos. Tenemos muchas clases diferentes de amigos: desde la persona a quien simplemente le sonreímos y le damos un apretón de manos al entrar a la oficina, hasta aquellos AMIGOS DE LA INFANCIA. También están los amigos de ese grupo a quienes vemos de vez en cuando, y los compañeros de trabajo, con quienes dejamos atrás la semana laboral, con un trago reparador en el bar. Y hasta tenemos amigos imaginarios. Las amistades genuinas se basan en una visión compartida: nuestra vida es mejor, de alguna manera, porque ciertas personas son parte de ella. A pesar de las enormes diferencias, los verdaderos amigos estamos de acuerdo en los temas que realmente importan: los valores, las pasiones, las inquietudes en común y el respeto mutuo, que enriquecen nuestras vidas. Podemos contar siempre con ellos para que nos cuiden las espaldas y  protejan nuestros intereses. Esta fe en los amigos crece a medida que cada uno ayuda al otro a avanzar en la vida. En esa confianza con la que contamos cuando compartimos secretos, cuando les preguntamos si tenemos la corbata torcida o cuando nuestro cabello necesita un arreglo especial. Un amigo sabe cuando necesitamos un abrazo, o un masaje relajante. También sabe cuando ofrecer su opinión y consejo con seriedad y honestidad, y cuando decirte "¡Cambia esa cara larga!". Lo más importante es que los amigos también saben cuándo sentarse solamente a nuestro lado, sin decir nada. Obviamente, lo mejor de la amistad es divertirse juntos. Divertirse MUCHO juntos. Ir en pos de aventuras, corear a dúo las canciones en un recital de ROCK y, básicamente, disfrutar situaciones disparatadas que, probablemente, no tendrían ningún sentido para los demás. Por supuesto que cualquier relación que valga la pena tiene un precio. Algunos amigos necesitan tanto apoyo que se convierten en una carga. O puede que nos quieran demasiado, llegando a sofocarnos con su cariño excesivo. Ni siquiera las almas gemelas están de acuerdo en todo, siempre. Aceptémoslo. De hecho, hay momentos en que nuestros amigos, a pesar de conocernos tanto, parecen decididos a volvernos locos. Algunos desarrollan una admiración enfermiza por nuestra manera de vestir o tienen hábitos muy poco elegantes, que no pueden abandonar. Hasta tus MEJORES AMIGOS pueden abrir su enorme boca en los momentos más inoportunos y entonces, te enteras que todos en la oficina saben que, por cábala, usas ropa interior de un rojo audaz en tu primera cita. Sin embargo, después de un tiempo, nos encongemos de hombros, los perdonamos y seguimos adelante. Porque eso es, justamente, lo que hacen los amigos. Los grandes amigos no se pueden fabricar en un laboratorio. Tampoco podemos ordenarlos a domicilio, como una pizza, ni hallarlos con un buscador de internet. Sin embargo, hay amigos potencialmente maravillosos en todas partes, esperando que los encontremos. Por lo general, no es fácil saber desde el primer momento si te llevarás bien con alguien o no. Hay personas que nos inspiran y nos dan fuerzas pero hay otras que nos aburren hasta el hartazgo. Hay individuos que nos hacen sentir muy cómodos y relajados, y otros, que nos vuelven locos. Una verdadera amistad es algo que se contruye de a dos. En muchos aspectos, es un viaje que hacemos juntos. La clave para empezar con el pie derecho es no intentar impresionar a nadie. No se puede fingir todo el tiempo, de modo que más vale ser uno mismo desde el principio. Es bueno tomarse un tiempo para conocerse. ¿Cuál es el apuro?. Todos queremos-y merecemos- un amigo con quien relacionarnos de verdad, de manera significativa, alguien que nos acepte con nuestros miedos y limitaciones y nos anime a ir más allá de lo que jamás creimos posible. Alguien con quien compartir nuestros bienes más preciados, las carcajadas estrepitosas y las tristezas. Un amigo que sepa descubrir nuestras cualidades ocultas, a quien le gustemos sin reservas, por lo que somos realmente y que así nos ayude a desarrollar al maximo nuestro extraordinario potencial. Los verdaderos amigos dan alegría a nuestro corazón sin siquiera esforzarse y convierten cada momento compartido en un adelanto de la Navidad. Cuando estamos ante un amigo verdadero, sabemos exactamente qué está pensando sin que diga una palabra. Establecemos juntas una conexión muy especial. Por momentos, parecemos las únicas dos personas en el mundo. La amistad es un tipo de sociedad particular que se basa en la comprensión profunda de que, de a dos, lo imposible se convierte en deliciosamente posible. Sé la suerte que tengo de haber encontrado una amiga como vos,  y solo quiero que sepas, que suceda lo que suceda, nunca estas solo, porque seremos amigas para siempre. SIEMPRE.
Sos la mejor, te elegí a VOS para hacerte esto, sos la que siempre estubo en todas. Espero no perderte nunca amiga, sos DEMACIADO en mi vida.

                                                          TE AMO

No hay comentarios.:

Publicar un comentario